Recientemente, nuestra ruta nos llevó a Puerto de Sagunto, donde organizamos un evento especial en Camí Iyasareru, Algar de Palancia, en la acogedora casa de Kike y Tata. Ellos fueron las primeras personas que nos contactaron para organizar una jornada en la naturaleza, y por eso les estamos profundamente agradecidos.

El evento fue una experiencia mágica. En plena naturaleza, compartimos un taller de arteterapia guiado por Kike, una Ecstatic Dance con voces en vivo por parte de Edgar, una jam session alrededor del fuego y una práctica de yoga, meditación y respiración consciente a cargo de Becky. Las personas que asistieron nos transmitieron su gratitud, y nos llevamos en el corazón la energía tan bonita que se creó en esa jornada.

 

Días previos: trabajo, música y encuentros

La semana previa al evento fue intensa. Recorrimos Puerto de Sagunto, Sagunto Pueblo y Valencia, visitando centros de yoga, herbolarios y otros espacios, buscando lugares donde pudiéramos colgar carteles promocionales. La acogida fue increíble, y en el camino conocimos a personas maravillosas.

Una de ellas fue Yolanda, quien trabaja en una librería de segunda mano en el Puerto de Sagunto. Además de vendernos algunos libros que nos cautivaron, nos ayudó a difundir el evento en sus redes. Aunque no pudo asistir al final, su apoyo fue invaluable.

También conectamos con Claudia, una chica  italiana que viajaba en caravana junto a su compañero. Compartimos charlas profundas y muchos momentos juntos, y Claudia no dudó en asistir al evento, donde nos brindó un hermoso feedback.

Además, dedicamos un par de días a hacer música en la calle: Edgar cantando y Becky entregando carteles, compartiendo nuestra esencia con quienes pasaban. Fruto de esta conexión directa, varias personas se interesaron y decidieron asistir al evento.

 

El poder de la comunidad

Al final, cada esfuerzo valió la pena. Recibimos participantes gracias a diferentes medios: algunos nos descubrieron al vernos tocar en el paseo, otros llegaron por recomendaciones en grupos de WhatsApp y redes sociales.  Lo que mejor funcionó fue la energía de Becky compartiendo de tú a tú en la calle. Más allá del número de asistentes, lo que nos queda es la sensación de haber sembrado algo especial en las personas con las que cruzamos caminos.

Sagunto nos ha dejado recuerdos imborrables, nuevas amistades y la certeza de que el arte y la comunidad pueden transformar vidas. Seguimos en ruta, con el corazón lleno y la energía renovada.

¡Late con nosotros! ❤️